La campaña electoral representó dinero extra para los tenderos. Los partidos políticos compitieron con las embotelladoras y cervecerías por pintar las fachadas de los negocios con sus colores y logotipo. Por Madelin Guerra Las tiendas situadas alrededor de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) son parte de la propaganda electoral. La fachada de siete de las diez que se ubican en una cuadra aledaña está pintada con los colores del Partido Patriota y de Libertad Democrática Renovada. “Me ofrecieron Q2,500 y firmé un contrato. La única condición era que no tenía que pintarla en un año. No podía desaprovechar la oportunidad”, dice el propietario de una cafetería situada en la 24 calle y 7 avenida de la zona 12. Las preferencias políticas están al margen. “Siempre me pongo pilas para que me paguen. No me importa de qué partido se trate. Lo que me interesa es el dinero. Me sirve para cubrir gastos on invertir en el negocio”, dice la dependiente de la tienda La Bendición. Embotelladoras y cervecerías adversan esta práctica. Algunas de ellas acostumbran regalar producto a los tenderos a cambio de que les permitan pintar las fachadas con sus marcas. Otros han empezado a pagar. “Los partidos prostituyen el mercado. Los tenderos se sentían satisfechos con ahorrar la pintura. Pero ahora quieren dinero”, afirma un empleado del departamento de mercadeo de una de las cervecerías. La Ley Electoral y de Partidos Políticos permite a las agrupaciones pintar inmuebles siempre y cuando se cuente con autorización del propietario. Lo que prohibe es hacerlo en lugares públicos.
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