El futuro es incierto en cuanto a la relación que puedan tener con el presidente electo, Alejandro Giammattei.
Por Patricia Ramírez
¿Qué pasa con los alcaldes que apostaron en el lado equivocado? Es la pregunta que flota en el ambiente de las municipalidades, ya que la mayoría fue electo bajo el logo verde en los pasados comicios generales:
De acuerdo a los datos del Tribunal Supremo Electora, son 108 alcaldías las que participaron con la Unidad Nacional de la Esperanza, le sigue la Unión del Cambio Nacional (36), los comités cívicos (31) y en cuarto lugar aparece Vamos con 29. Este último es el partido que gobernará Guatemala a partir de enero del año 2020.
Para el analista Edgar Ortiz, de la fundación Libertad y Desarrollo, lo mejor que le puede pasar a un jefe edil “es tener de su lado al Ejecutivo”. Pero, en este caso, no será así,“porque tendrán esa desventaja, sobre todo en el lado de los gobernadores que no serán afines a ellos”, sostuvo Ortiz.
Pero en el tema presupuestario, los alcaldes que llegaron por la UNE “tendrán nexos en el Congreso, en donde también son mayoría y generalmente siempre hay más conexión entre alcaldes y diputados”, explicó.
Por su parte, Enrique Godoy, exvicealcalde de la comuna capitalina, los gobiernos municipales siempre toman posesión con la esperanza de recibir apoyo del presidente que gane o la bancada que domine en el Congreso. Además, muchos de los que van a dirigir un municipio a partir del otro año, “han pasado por las filas de dos o tres partidos distintos y por tanto saben como manejar las cosas”.
Pero en realidad todo eso “no es el problema”, advirtió Godoy. “El dilema es que cancelen el partido UNE que obtuvo la mayoría de alcaldías”. El TSE lo dijo antes de la segunda vuelta. “Al menos diez agrupaciones políticas desaparecen después del proceso electoral y si eso ocurre, los que tiene la marca verde quedarán libres o huérfanos”.
El analista Hugo Novales espera que el nuevo gobernante “sepa que los alcaldes son un factor importante para la gobernabilidad». Por lo tanto, “es preferible tener una buena relación estable y cordial con ellos, independientemente del partido que los llevó al poder y la postura que hubiesen tomado en la segunda vuelta”.
Novales recordó que el sistema está diseñado para favorecer la colaboración entre jefes de las comunas y el gobierno central, “no necesariamente está hecho para tener una actitud competitiva o equivocada”.
Pero independientemente de todas explicaciones de cómo será el futuro de los alcaldes que el apostaron al lado contrario. Ricardo Quiñónez, jefe de la ciudad de Guatemala, es quien da fe de la buena relación que el presidente electo, Alejandro Giammattei puede tener con los alcaldes que no son afines a su partido.
El 14 de agosto Quiñónez recibió en su despacho a quien dirigirá el Ejecutivo a partir del otro año. El encuentro sirvió para hablaron sobre los proyectos que realizaran en forma conjunto como el Metro Riel. Un día después se reunieron en la feria de Jocotenango.
En las elecciones de 2015, el desaparecido partido Líder obtuvo la mayoría de alcaldías (131), Patriota, otro de los grupos políticos que pasó a la historia, alcanzó el segundo lugar (75), la UNE consiguió el tercero con 75 alcaldías.
Bajo ese manto verde, algunos ediles buscaron la reelección y consiguieron su objetivo. Ese fue el caso de Jorge Orellana de El Progreso, Byron Tejada en Salamá, Carlos Simaj en Chimaltenango y José Fredy Peláez del municipio de San Pedro Ayampuc, entre otros.
«Esta nota es producto del Diplomado “Periodismo Político y Electoral” que imparte el International Republican Institute (IRI), bajo la coordinación de Laboratorio de Medios, S.A. a periodistas de diversos departamentos de Guatemala. (La asistencia financiera y técnica que el Instituto Republicano Internacional (IRI) otorga para esta actividad es provista por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y es posible gracias al generoso apoyo del pueblo estadounidense.) Los puntos de vista y opiniones expresados en esta nota son de los autores y no necesariamente reflejan la política oficial de USAID o del gobierno de los Estados Unidos”.