Ocho mil escuelas empezarán el ciclo sin electricidad

15 febrero 2023

El 96 % de los centros escolares sin este servicio son públicos. Ante la imposibilidad de utilizar herramientas tecnológicas, los profesores deben pensar maneras creativas de impartir clases.

Escuela en San Ildefonso Ixtahuacán, donde al menos 13 establecimientos no tienen electricidad. Foto: Gobernación de Huehuetenango.

Por Carmen Valle

Heidy Ramírez es maestra en una escuela secundaria de Uspantán, Quiché. En ese municipio hay 193 institutos sin acceso a electricidad y el de ella pertenece a ese grupo. Ante esto, optó por desarrollar nuevas estrategias para impartir clases sin computadoras, internet ni ningún dispositivo, además de luchar contra la oscuridad de los días nublados porque encender un foco no es una opción en su aula.

Su mejor aliado es el sol, optar por llevar a los adolescentes al patio de la escuela y ahí enseñar. “Nuestro techo es de lámina y nos da dos problemas: oscuridad en el invierno y calor en el verano. La gente dice que es soportable, pero la temperatura sube demasiado en un espacio pequeño con más de 20 personas”, cuenta. “No hay electricidad para prender la luz o poner una cañonera. Mucho menos para conectar un ventilador”, añade.

Trabaja por la tarde con los estudiantes, porque en la mañana el lugar lo ocupan los niños de primaria. “Son suertudos”, dice Ramírez, porque la jornada de ellos empieza temprano y la luz del sol alumbra más. La de ella y sus alumnos empieza a las 13:30 y tras cuatro horas el patio se queda de a poco sin iluminación.

Como este instituto, hay 8 mil 860 en todo el país carentes del servicio. Tras tres años de clases virtuales e híbridas, las asignaturas volverán a impartirse por completo en la presencialidad, pero fuera de ese cambio, los estudiantes regresarán a las mismas aulas sin recursos básicos.

Un problema permanente

De todos los ministerios, el de Educación es el que tiene el presupuesto asignado más alto en 2023 con Q22 mil 254 millones 422 mil 300. A criterio de la coordinadora de la Gran Campaña Nacional por la Educación, Gabriela de Búrbano, “esto no parece real cuando vemos escuelas sin luz o agua. La pandemia evidenció el problema, pero esto sucedía desde antes. Pasan los años y no se resuelve”.

En años anteriores vio este problema por falta de pago a la empresa eléctrica, por parte de los centros educativos. Aun así, en la mayoría de los casos se trata de falta de cableado y telecomunicaciones no solo en los sectores educativos, sino también en las casas.

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Esto influye en la calidad educativa de los estudiantes, explica,  porque no tienen acceso a conectar computadoras, usar internet o recursos para conocer algo más allá de los recursos tradicionales. De hecho, lo ve como un aspecto que puede influir en la deserción escolar, porque una escuela en malas condiciones, sin servicios básicos o sin inodoros a donde una adolescente pueda acudir al tener el período menstrual, por ejemplo, puede desalentar a los padres al contemplar enviar a sus hijos a estudiar.

Un cuarto de los centros educativos oficiales en estas condiciones se encuentra en Alta Verapaz, con 2 mil 194. El segundo puesto se lo lleva Petén, con 913; el tercero, Quiché, con 842; el cuarto es para Huehuetenango, con 808; y el quinto lo ocupa Izabal, con 546 escuelas sin electricidad.

Qué se puede hacer

Aunque no debería normalizarse, insiste de Búrbano, la falta de electricidad aumenta la obligación de los docentes de ser creativos para impartir las asignaturas. Ante esto, propone estrategias como la de Ramírez, quien instruye a los alumnos en el patio de la escuela y aprovecha la luz solar.

También sugiere a los centros educativos invertir en equipo inalámbrico, como proyectores o grabadoras con baterías. Puede parecer costoso al principio, pero a largo plazo es más barato si se compara con las cuentas pendientes de electricidad y contribuye a tener más recursos disponibles en clase.

Recomienda a los profesores adelantar las clases lo más posible para aprovechar la luz del sol y anima a los padres a exigir condiciones adecuadas para la educación de sus hijos.

Estos 8 mil 860 centros escolares públicos sin luz no son los únicos con este problema. Hay otros 81 institutos por cooperativa sin el servicio, 97 municipales en las mismas condiciones y 101 en el sector privado, según el ministerio de Educación.

Tenemos esta otra nota: Guatemala arranca el año con más escuelas sin agua

Mirja Valdes

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