En la comunidad viven 40 familias en promedio, registra la municipalidad. Además del saneamiento, también carece de transporte público y educación preprimaria.
Por Carmen Maldonado Valle
La alcaldía de Morazán, El Progreso, construirá letrinas para la aldea Plan del Barro. En ella viven 40 familias, pero 28 no cuentan con sitios para evacuar y acuden a terrenos baldíos o cavan agujeros en la tierra.
“Es una localidad pequeña y algunos hogares tienen sus propios sistemas, pero los demás se las arreglan (como sea) para ir al baño. Serán lavables para facilitar su limpieza y cuando estén listas daremos una capacitación a los habitantes sobre el uso”, explica Raquel Archila, directora de Planicación Municipal.
La iniciativa surgió de la oficina de salud alimentaria y nutricional, porque en las visitas a la comunidad las mujeres se quejaban por no tener saneamiento. “Durante el período menstrual acudían a terrenos desolados y eso, además de ser incómodo, es inseguro, entonces empezamos las gestiones desde hace años, pero hasta esta administración se atendieron los requerimientos”, cuenta Hayné Catalán, la titular de esa oficina.
Según uno de los líderes comunitarios, Marco Tulio García, los pobladores pidieron este servicio hace al menos 15 años. “Quizá más, pero es la primera fecha de la cual tengo constancia. Los alcaldes anteriores no nos ponían atención, pero al fin lo logramos”, añade.
Te recordamos nuestro especial: Agua que no has de beber
Ante la falta de soluciones, el mayor problema para la aldea era la falta de lugares dónde cavar agujeros, dice García. Además, los terrenos desprendían olores desagradables para los vecinos, porque no se daba ningún tratamiento a la materia fecal.
Entre otras necesidades en su aldea, García destaca la falta de caminos asfaltados y de transporte público para viajar al centro de la ciudad “porque no le importábamos a los otros alcaldes”. Tampoco cuentan con educación preprimaria, entonces los niños ingresan a primer grado sin saber leer ni escribir. Al consultar en Guatecompras, el concurso para hacer las letrinas es el segundo dedicado a Plan del Barro desde 2004.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), tiene un manual sobre el cuidado de letrinas. Al tener una “de pozo seco”, es decir, donde no se utiliza agua, se deben cubrir las heces con tierra o algún otro material para agilizar su descomposición. Esto no ocurría en Plan del Barro.
Por otro lado, a raíz de la pandemia el análisis de inseguridad alimentaria aguda realizado por el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), catalogó a Morazán como un municipio en alto riesgo ante el hambre. Debido al desempleo y la falta de garantías sobre la disponibilidad de alimentos, el pronóstico era una crisis para esa ciudad.
A la fecha, el ministerio de Salud registra una persona desnutrida en esa localidad y no pertenece a Plan del Barro. En esa aldea, “prevenimos la malnutrición, pero la flaqueza es el saneamiento. Se han documentado casos de enfermedades gástricas por poca higiene o alergias debido a la humedad, pero a partir de ahora esperamos no tener más. Allí tienen agua potable, por el problema era buscar dónde evacuar”, dice Catalán.
Al consultar a la directora de planificación por qué se cavan letrinas y no inodoros justificó que en el sector ese es el sistema de saneamiento más familiar para los pobladores y por lo tanto es culturalmente aceptado. No existen registros en la comuna sobre la pertenencia sociolingüística de los habitantes de Plan del Barro ni de ninguna comunidad de la ciudad porque, de acuerdo con la institución, “todos hablan español y no se tienen más datos”.
La construcción de las letrinas estará a cargo de Jorge Antonio Archila Samayoa, quien provee al Estado desde 2015. Costarán Q325 mil 646 y la alcaldía espera tenerlas listas en diciembre de 2021.