La ruta para superar las condiciones de violencia e inequidad que aquejan a las mujeres está trazada, pero la municipalidad no da los primeros pasos.

Por José Pablo del Águila
El 53 por ciento de los habitantes de la capital son mujeres, pero los esfuerzos de la municipalidad de la Ciudad de Guatemala no muestran una mejora en las condiciones de vida que las aquejan.
Aunque miles de ellas marcharon ayer en el Día Internacional de la Mujer para demandar salarios justos, espacios libres de violencia sexual y justicia por los asesinatos, la preocupación de las autoridades ediles se centró en un aspecto: las pintas en “el patrimonio de la ciudad”. Así lo evidenciaron sus redes sociales.
Pero no es el “vidrio pintado” en donde hay que centrar la atención, sino en las razones que motivan las marchas cada 8 de marzo, explica Silvia Trujillo, socióloga feminista. “Las demandas (de las marchas) siguen siendo las demandas históricas: derecho a la vida, derecho a la seguridad, condiciones equitativas en el mercado laboral, educación y justicia”.
Trujillo considera que la corporación edil desaprovechó una oportunidad para acercarse a organizaciones de mujeres, entablar diálogos y comprender sus demandas. “¿Cuántas veces lo ha intentado? Hay un problema de comunicación institucional grave. Cuando sos una institución, gobernás para la ciudadanía, no para una porción de la ciudadanía. Pero el mensaje (de la comuna) fue de confrontación”, dijo.
Lily Caravantes, concejal X electa por el partido Semilla, comenta que las expresiones de las marchas reflejan el agotamiento de las mujeres porque el Estado no logra dar una respuesta a las condiciones en que viven. “Esto debiese ser más preocupante que los daños que se producen al patrimonio”, opina.
La concejal también fue promotora de la Política y Plan de Desarrollo Integral de la Mujer 2019-2027, que recién se aprobó en agosto 2019. Busca la autonomía económica, creación de espacios públicos seguros y sensibilizar a la mujer en temas de género.
Caravantes asegura que este instrumento traza la ruta para mejorar las condiciones de vida. Ahora, solo hay que llevarla a la práctica, agrega.
Sin resultados que mostrar
Al finalizar la reunión con alcaldes auxiliares, se cuestionó al alcalde Ricardo Quiñónez sobre estrategias implementadas en los últimos años que respondan a las exigencias de las manifestaciones y cuáles han sido los resultados. “Tenemos cerca de 3,600 personas en cursos técnicos productivos. La gran mayoría son mujeres, son de seis a ocho meses de capacitación. Tenemos una Dirección de la Mujer. El miércoles de la semana pasada suscribimos convenio con Cámara de Comercio”, respondió.
A este respecto, Trujillo considera que no hay evidencia de cuán efectivos son estos programas. “La municipalidad no lo informa y si lo hace es por canales no adecuados”, señala.
En la página de @muniguate de Facebook aún sigue el post de marzo 2019 donde felicita a Bruno Campo por sus logros en Europa. https://t.co/YU0xJtV5HI pic.twitter.com/96WEEZgmoc
— Pia Flores (@PiaNomadaGt) March 9, 2020
El alcalde también fue consultado sobre el caso de Bruno Campo, exdirector de la Escuela Municipal de Música, que acosó a varias de sus alumnas, según lo develó el medio digital Nómada. En una primera ocasión, evadió la pregunta. Cuando se le preguntó de nuevo, lo calificó como un “caso aislado”.
“Un incidente aislado no debería poner en cuestionamiento y en duda un proyecto cultural que impacta a miles de familias, que impacta hogares y que tiene propósito constructivo de abrir oportunidades».
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