La comunidad ubicada en Fraijanes pidió a la municipalidad desde 2002 un sistema para depositar aguas negras domiciliares. Van 19 años de esa y otras solicitudes sin respuesta.
Por Carmen Maldonado Valle
Al decir Fraijanes, Guatemala, viene a la mente un municipio con edificios modernos y casas con acabados de lujo. Y no siempre destaca el otro lado, donde se cultiva café, miel y que alberga aldeas como Lo de Diéguez. Allí no existen los drenajes en todos los sectores y el agua llega durante cinco horas cada dos días.
Ernesto Rodríguez, el presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) cuenta que desde 2002 solicitaron a la alcaldía llevar el entubado a las calles, pero a la fecha no ha sido posible: “En las administraciones anteriores no hubo apoyo y este alcalde tal vez sí quiera. Hizo mediciones en las banquetas para instalar todo, pero entró la pandemia y no siguió”.
Rodríguez agrega que el Cocode sostuvo reuniones con personal de la municipalidad para retomar el trabajo. “Pedimos incluirlo en el Plan Operativo Anual (POA) de 2021, pero no lo logramos”. Al revisar el documento en el sitio web de la comuna, se lee que “Lo de Diéguez cuenta con todos los servicios requeridos” y estima que para 2030 habrá drenajes en todo el municipio.
Hay quienes sí los tienen: las casas alrededor del río colindante con la comunidad, pero el resto espera que la obra se ejecute. El alcalde, Wilton Berreondo, llegó a la comunidad en septiembre de 2020 para supervisar el terreno donde se construirían plantas de tratamiento, y los miembros del Cocode le hablaron una vez más sobre la falta de drenajes.
La aldea tiene 2 mil 898 habitantes, según el último Censo 2018. Guisela Hernández vive en el sector conocido como El Rincón, con otros vecinos en 2003 decidieron resolver el problema por sus propios medios y construir un pozo a dónde verter sus aguas negreas. Cuando se llena, llama a la comuna y el personal lo vacía a través de un ducto.
“La municipalidad a veces viene al día siguiente de mi llamada, pero por lo general tarda una semana. Nunca he pagado por eso, pero hace un mes me dijeron que era la última vez que sería gratis porque comenzarían a cobrar Q100”, cuenta Hernández.
Lo mismo sucede en la vivienda de Lourdes Cifuentes, quien también vive en El Rincón. Afuera de su casa se ve un tubo de donde brota agua y no es cristalina, forma un charco que termina en un terreno baldío al otro lado de la calle.
Cifuentes, su esposo y sus dos hijos comparten las tierras donde se ubica su hogar con otras personas. Hace 16 años, cuando construyeron, hicieron un pozo para destinar las aguas residuales. Este ocupa espacio y por ello no pudieron hacer baños para cada familia, entonces las 13 personas comparten una ducha y un inodoro.
“También llamamos a la municipalidad cuando se va a llenar el agujero, pero eso pasa muy seguido por la cantidad de personas que somos. No debería suceder, pero a veces del tubo salen las aguas negras y se van para allá”, agrega Cifuentes, mientras señala las tierras vecinas. En el sector no es la única vivienda de donde un charco que termina en ese lugar.
En los últimos diez años, Cifuentes y su familia se han reunido con el Cocode y llevado cartas a la municipalidad para pedir el entubado. No solo está su nombre sino las firmas de todos los demás vecinos.
“Este año no tenemos ningún plan concreto para poner los drenajes porque el municipio tiene otras prioridades. Una de ellas es la salud y por eso pusimos un puesto para atender a los vecinos”, indicó la directora municipal de planificación, Iris Mayén. Al cuestionarla sobre el impacto de la falta de drenajes en los habitantes, respondió que quien debía encargarse de ver esos temas es el director de agua potable.
La mitad de la semana sin agua
Lo de Diéguez tiene dos pozos destinados a surtir a toda la comunidad. Antes de 2018 el agua llegaba a diario las 24 horas, pero a partir de entonces los habitantes la reciben de cinco a seis horas cada dos días
Hernández y Cifuentes la reciben de 5:30 a 11:00 horas. La primera trabaja durante el día, igual que su esposo y sus dos hijas mayores. “Se quedan en la casa Sebastián y Flor (los hijos menores), pero si ellos no estuvieran, nadie llenaría los toneles que usamos para bañarnos y lavar la ropa”, explica. Cuando su abuela de 96 años está de visita por algunos días, trata de llenar más botes durante la semana para tener con qué bañarla.
El clima de Fraijanes es frío y el viento suele escucharse con fuerza, pareciera que un fantasma golpeara la ventana. Por eso, el agua acumulada en la pila y los recipientes se enfría con rapidez, “la calentamos en la estufa, pero el gas nos dura 28 días como máximo”, señala la vecina. Preguntó en la municipalidad cuándo volverá el servicio con regularidad y le respondieron que no se sabe porque los pozos se secan.
En la entrada de Lo de Diéguez están los tanques de donde surten el agua para todos los hogares. Cuando Ojoconmipisto los visitó, un camión cisterna estaba conectado a uno de ellos. Según contó el presidente del Cocode, este va a la colonia Pavón (también en Fraijanes).
Royers Pérez, director de agua potable y drenajes, lo confirmó y justificó la extracción y llevar a la otra colonia donde el pozo se secó. Este año inaugurarán uno nuevo y ya no habrá pipas de otros sitios en Lo de Diéguez. “En la aldea hay una red de distribución deficiente y por eso no llega el líquido a todos lados. Parte de esa dificultad está en que los tanques no fueron hechos para funcionar al mismo tiempo, entonces el que teníamos apagado ahora tiene un uso porque ayudamos a Pavón”.
Pérez dijo que quienes debían estar al tanto de los proyectos de la municipalidad eran los integrantes de la Dirección Municipal de Planificación. “Pero sí sé que mejorar las tuberías no está en el POA de este año por la falta de presupuesto y creo que tampoco va a estar en el de 2022”.
Se intentó contactar al jefe edil de Fraijanes, Wilton Berreondo, pero no respondió. Este es su primer período en el cargo, tras ganar las elecciones de 2019 con el Partido Humanista.