Los vecinos deben reportar ante la alcaldía si tienen un terreno en el lugar. Al determinar dónde hay espacios libres, se construirán nuevos mausoleos, pero mientras eso pasa se deben buscar nichos en otras ciudades.
Por Carmen Maldonado Valle
Esta historia se remonta al 23 de agosto, cuando Gustavo Díaz, alcalde de La Libertad, Petén, se reunió con los líderes comunitarios. La conversación giró en torno a una frase: “El cementerio está a punto de colapsar”, según la comuna. Se propusieron soluciones, porque las muertes por COVID-19 no se detienen, pero no hay lugar para más difuntos.
De acuerdo con el ministerio de Salud, en la ciudad no hay cementerios privados a los cuales puedan acudir los habitantes. “Es pequeño y la mayor parte de las construcciones pertenece a familias que compraron hace muchos años, entonces casi no hay espacio para quienes no tienen mausoleo propio”, explica Eduardo Orellana, el director de planificación.
Antes del coronavirus, cuenta, este problema no era visible, pero a partir de 2020 comenzaron a agotarse los nichos municipales y quienes necesitan enterrar a alguien deben ir a otras ciudades. En el lugar se han reportado 2 mil 150 casos positivos, de los cuales han fallecido 55.
“Además de ver dónde hay lugar, necesitamos este ordenamiento para detectar quiénes construyeron en más terreno del que les correspondía. En años anteriores no siempre lo controlaron y ahora cada sitio cuenta”, añade Orellana. Para realizar el trámite, los dueños de tierras en el cementerio deben demostrar en la comuna cuáles son los límites de su propiedad y quedarán registrados.
Además de esto, el alcalde planea proponer ante el resto del concejo municipal tomar una parte del campo de fútbol del barrio Buena Vista para ampliar el camposanto. Los líderes comunitarios accedieron, aunque aún no hay fecha para presentar esta posibilidad.
Ordenar a los muertos y luego a los vivos
La Libertad es uno de los 335 municipios donde no se ha puesto en marcha un Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Según Orellana, el propósito es organizar primero los lugares pequeños, como el cementerio y el mercado, para luego hacerlo con toda la ciudad.
“Es por el presupuesto. Se necesitan muchos fondos para crear un POT y luego implementarlo, así como se requeriría mucho dinero para comprar más lugares dónde enterrar a los difuntos”, sostiene el director de planificación.
Pero es una inversión necesaria, insiste el urbanista, Jean-Roch Lebeau, para organizar el municipio. “Esta estructura puede ayudar a determinar los lugares inseguros, las rutas para facilitar el tránsito de transporte pesado y organizar dónde se deben mejorar los servicios públicos”. Si no se tienen los recursos, recomienda solicitar financiamiento internacional, así como ocurre para proyectos con los cuales se cubren otras necesidades.
Un ejemplo de esto es la municipalidad de Escuintla, la cual pidió fondos a la cooperación alemana para elaborar un POT. Este fue lanzado el 21 de septiembre y está listo para implementarse, de acuerdo con la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa).
Para Lebeau, hay desconocimiento de los beneficios, pero también de la ley. “El capítulo II del Código Municipal manda a los gobiernos locales a ordenar sus territorios. El problema es que no hay una ley donde se establezcan sanciones para quienes lo incumplan y tampoco hay un órgano para fiscalizar esto”, añade.
A su criterio, la estrategia de La Libertad puede funcionar porque “toda acción ordenadora contribuye, aunque no resolverá la desorganización de fondo”. Mientras tanto, la comuna aún no puede precisar cuándo tendrá su POT.
El municipio se encuentra a 27.1 kilómetros de la cabecera departamental de Petén. Su alcalde es Gustavo Adolfo Díaz Díaz y este es su segundo período no consecutivo en el cargo. Lo ocupó por primera vez en la administración 2012-2016 y después se postuló de nuevo, pero logró reelegirse hasta 2019 con el partido Unidad de la Esperanza (UNE).