La municipalidad de Guatemala y el ministerio de Salud niegan haber recibido un requerimiento formal para rehabilitar las 109 rutas que cubrían.
Por Carmen Maldonado Valle
Antes de la pandemia circulaban en la capital 109 líneas de buses rojos, de acuerdo con la Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos (AEAU). A pesar de la reanudación de otros medios de transporte, estos aún no tiene certeza sobre si serán eliminados o volverán a circular.
El 15 de septiembre de 2020, el Gobierno reformó que prohibía la circulación de los buses urbanos y extraurbanos. Para su reanudación estableció tres etapas: presentar un protocolo de saneamiento aprobado por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), coordinar ensayos con la misma entidad y si se superaba esta fase, obtener la autorización de la municipalidad de Guatemala.
El Transurbano y el Transmetro pasaron por este proceso y así volvieron a las calles, pero las camionetas rojas no llegaron a la segunda fase. “Nosotros seguimos las medidas sanitarias, señalizamos las unidades e hicimos todo lo requerido por Salud. Pensamos que no se nos permitió hacer ensayos por decisión municipal”, sostiene Armando Samayoa, representante de la AEAU.
Según el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), hasta 2019 los buses rojos eran utilizados por 350 mil personas cada día. Otras 202 mil 600 usaban el Transmetro y 92 mil más se movilizaban en Transurbano.
La dirección de comunicación de la alcaldía capitalina niega haber impedido la circulación de los autobuses. “Todo transporte que quiera circular puede hacerlo, pero debe realizar los ensayos y tener las medidas de protección autorizadas por el MSPAS. Nosotros solo verificamos el cumplimiento de estas normas”, añade.
Mientras tanto, Julia Barrera —vocera de Salud— sostiene que la cartera no ha recibido solicitudes formales, con protocolos incluidos, para reactivar los buses. Aun así, una comisión integrada por la dirección del área de salud de la capital, la defensoría de usuarios de transporte público, la municipalidad y la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia COVID-19, revisó las unidades ubicadas en zona 21 y zona 1 para evaluar su rehabilitación en octubre de 2020.
De acuerdo con el informe, las camionetas no eran seguras para los usuarios porque los asientos estaban sucios, no había termómetros ni gel antibacterial y tampoco estaban señalados los espacios a ocupar para procurar el distanciamiento físico. Por otro lado, el suelo estaba deteriorado y no existían rótulos donde se prohibiera a las personas comer o quitarse la mascarilla. La comisión estableció que “las unidades no reunían las condiciones para circular ni para cumplir las medidas sanitarias con el fin de atender la enfermedad COVID-19”, se lee en el documento.
En cinco zonas no hay opciones
La AEAU sostiene que sus buses llegaban a todas las zonas de la ciudad. “Es absurdo no activarlas porque operan del mismo modo que el transporte extraurbano y a esas no les pusieron restricciones”, dice Samayoa.
El Transmetro y el Transurbano son una opción para movilizarse, pero no van a las zonas 5, 10, 16, 17 ni 19. “La única alternativa en estos lugares es compartir un taxi. Antes de la pandemia existía una dependencia excesiva de estas camionetas y sus representantes piden activarlas, pero no las modernizan ni cumplen con los requisitos de higiene”, asevera Édgar Guerra, defensor de usuarios de transporte público de la Procuraduría de Derechos Humanos.
El personal de comunicación de TuMuni asevera que este año el Transmetro llegará a la zona 5 y luego a la zona 15, donde por ahora solo hay Transurbano, pero aún no hay fecha para ello. Mientras esto sucede o se define el futuro de los autobuses rojos, los usuarios deberán buscar formas de movilizarse por sus propios medios.