Mirja de León es vecina de la colonia El Rosario, zona 18, cuenta cómo es vivir la pandemia sin uno de los recurso más importante para higienizar.
Por Ojoconmipisto
¿Volver a la normalidad?, ¿a la de recibir tres días a la semana agua? Esa era nuestra normalidad antes de la pandemia, ahora pasan 15 días y del chorro sale nada de nada. Es una suerte que en el vecindario (25 casas) tengamos una cisterna, con eso nos aliviamos, aunque no hemos invertido en bombeo hasta la casa, así que nos abastecemos a cubetazos.
¿Dónde vivo? En la colonia El Rosario, zona 18. Por cierto, los vecinos van con cero distanciamiento social a surtirse, se amontonan, o como dice el Presidente, se apuñuscan. Es complicado con tan poco tiempo para abastecernos. En todos ellos pensé el día que vi el video de una de esas visitas que nadie quiere recibir en estos días, la del personal de Salud con esos trajes esterilizados a cinco cuadras de mi casa. No sé si llegaron a traer algún paciente, o control control de alguien en cuarentena.
Por acá casi todas son familias numerosas, seis y hasta diez personas. En casa somos ocho: abajo viven mi madre, mi hermano, mi hermana y su esposo; arriba construimos un apartamento donde vivimos con mi pareja y mis dos hijos de nueve y cuatro años.
En el tercer nivel tenemos dos tinacos. Seguimos las normas para higienizar la casa y lavarnos las manos, pero en estas circunstancias… sale caro. Hago cuentas: a un tinaco le caben 10 toneles, y a veces pagamos Q12 por tonel acarreado desde la cisterna de la colonia. Por suerte se mantienen a la mitad, así que no pago tanto y que entre todos acarrean agua. ¿Es agua potable? No, no lo es, pero sirve para lavar trastes, ducharnos y hacer la limpieza.
El servicio nos lo presta… bueno, cada 15 días, Empagua (Empresa Municipal de Agua). Ya los llamé y les escribí, y siempre es lo mismo: hay escasez de agua. Pero la factura sigue viniendo de Q30 por el apartamento y Q30 en casa de mi madre. Donde otros vecinos es hasta por Q60, pero igual padecen hasta dos semanas sin agua.
La colonia contigua, El Anexo II (100 casas), ellos no tienen cisterna como nosotros, ellos pagan pipas. Llenan botellas de tres litros de gaseosa que usan para cocinar, el resto lo guardan en toneles, o piden permiso en casa de familiares para lavar ropa o bañarse, así la van pasando.
Vivimos en El Rosario desde hace 23 años, cuando había agua todos los días. Hace seis años comenzó la normalidad de tres días a la semana, y este año cada 15 días.
A mi vecina en silla de ruedas entre todos la ayudan para abastecerla de agua. Yo misma no puedo realizar ningún esfuerzo para acarrear agua, hace poco me realizaron una mastectomía, no puedo mover mi brazo izquierdo. Así se vive la pandemia sin un buen servicio de agua.
*Con información de Mirja de León.