La realidad de las familias de 10 de los 14 guatemaltecos asesinados en Tamaulipas, México, explica por qué buscarse la vida en Estados Unidos y no en un municipio con escasez de todo.

Ojoconmipisto / Redacción
A un costado del ingreso principal de Comitancillo, San Marcos, la cancha de fútbol de grama sintética valorada en Q1.7 millones luce impecable. Se rodea de calles polvorientas que conducen a las comunidades más apartadas del municipio con escasos servicios básicos. De ese lugar son originarios la mayoría de migrantes masacrados el 22 de enero en Tamaulipas, México, durante su intento por llegar a Estados Unidos.
En abril de 2018, cuando la alcaldía era dirigida por Basilio García Salvador, se adjudicó el mejoramiento del campo de juego a Jener Isaías Orozco González, propietario de la empresa individual S.M.C. Servicios Múltiples en Construcción. Por entonces, los pobladores cuestionaron el gasto municipal en la cancha deportiva, porque consideraban que hay problemas más urgentes, según una publicación de Prensa Libre.

La realidad que viven a diario los habitantes de la aldea Tuilelén, en Comitancillo, donde vivían cuatro de las víctimas de la masacre en Tamaulipas, da cuenta por qué en el municipio hay asuntos más prioritarios que construir una cancha de grama sintética. Viven en casas con paredes de adobe y piso de tierra, sin drenajes y con escaso acceso a agua entubada, lo cual abona al retardo en el crecimiento (desnutrición crónica) que sufren siete de cada diez niños menores de cinco años, según el Cuarto Censo Nacional de Talla 2015.
La vida de la familia de Ribaldo Jiménez, de 17 años, uno de los migrantes fallecidos, retrata a Tuilelén. Cuentan que a diario comen chiles con tortillas, a veces papas que cultivan en su terreno, el quintal lo venden a Q300 o Q390. Ni el gobierno central ni el local tiene proyectos sobre nutrición.
En las tiendas, además, abundan productos como gaseosas y frituras y carne solo se consigue dos días por semana. La ingesta de proteínas es escasa, a veces algo de pollo o res.
Comitancillo es el décimo municipio del país con la tasa más alta de desnutrición crónica infantil. En este lugar, además, nueve de cada 10 personas son pobres, de acuerdo con datos recopilados por la Agencia de Cooperación estadounidense USAID.

Escapar hacia el norte
A los jóvenes de Comitancillo no los motiva estudiar una carrera de nivel medio, porque un título difícilmente les ayudará a conseguir trabajo como maestros o con suerte en alguna institución pública. Quieren irse a Estados Unidos como lo hicieron sus tíos o sus amigos, para construir una casa o sacar de la pobreza a su familia. El caso de Ribaldo es una muestra, estudiaba Perito en Mecánica, pero la situación empeoró, así que su familia tuvo que empeñar un terreno para pagar los Q30 mil de anticipo que les pidió el coyote, identificado como poblador del municipio.
Iván Gudiel Pablo Tomás, de 22 años, es otra de las víctimas y otro ejemplo de cómo a pesar de la preparación, en Comitancillo los jóvenes se ven obligados a migrar. En el altar donde su esposa Saidi Aguilar vela su foto a la espera de que su cuerpo regrese, están los títulos de Iván, Bachiller y Perito en Construcción. En Guatemala solo consiguió trabajo como albañil. Optó por irse a Estados Unidos para construir una casa y ayudar a su mamá que padece diabetes.
Margarita Reina Tomás, concejal IV de la nunicipalidad, admite que la migración es la principal opción de muchos pobladores de Comitancillo para mejorar las condiciones de vida de sus familiares. “Aquí no hay oportunidades”, reconoce. Pero de parte de la comuna tampoco hay acciones para cambiar esa realidad. No hay proyectos enfocados en reducir la migración. La única acción de parte de la municipalidad para las familias fue entregar un arreglo floral, víveres y Q1 mil en efectivo a cada una.
Según el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), en 2019 Estados Unidos deportó vía aérea a 712 migrantes de Comitancillo, mientras que el año pasado los repatriados fueron 312. Pese a la baja en la cifra, Comitancillo es el cuarto municipio de San Marcos con más deportaciones.

Millones que no se reflejan
Durante los últimos cinco años, la municipalidad de Comitancillo adjudicó la construcción de 12 sistemas de agua entubada y la ampliación de dos, por Q32.2 millones según registros del portal Guatecompras. No obstante, según el Censo de Población y Vivienda 2018, en el municipio solo 2 mil 757 de los 10 mil 147 hogares censados cuentan con tubería de agua dentro de la casa. Es decir, solo tres de cada diez vecinos tienen este servicio.
La falta de drenajes también agrava la situación de salud. Otros datos del censo reflejan que solo 663 viviendas cuentan con un inodoro conectado a red de drenajes, la mayoría tiene letrina o pozo ciego.
Mientras las familias de los migrantes asesinados en Tamaulipas esperan por el retorno de los cuerpos a Comitancillo, el gobierno municipal sigue sin planes claros para evitar que los pobladores migren debido a la pobreza, desnutrición y violencia. La Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJ) confirmó que 14 de las 19 víctimas de la masacre de Tamaulipas eran guatemaltecos y que otros dos eran mexicanos. Aún hace falta confirmar la identidad de tres cuerpos calcinados.
El actual alcalde de Comitancillo es Héctor López Ramírez, electo por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Este es su segundo periodo no consecutivo. El primero fue el 2008-2012, cuando ganó los comicios municipales también con la UNE.
Los nombres
Esta es la lista de guatemaltecos identificados hasta la fecha, entre las víctimas de la masacre en Tamaulipas, México.
