Tienen 24 y 26 años, y ya encontraron la manera de proveer a las alcaldías. El secreto está en movilizarse de un lugar a otro con facilidad y subcontratar los servicios.
Por Carlos Estrada
Celia Anabella Miza Pérez y Abner Juan José Morales Charuc tienen varias cosas en común. Ambos son dueños de constructoras de reciente creación y los dos registraron sus empresas en San José Poaquil, Chimaltenango, donde ambos están avecindados. Además, proveen materiales de construcción, remozan obras y alquilan maquinaria a alcaldías desde sedes que no guardan relación con estas actividades económicas.
Ninguno supera los 30 años, Miza nació en 1995 mientras Morales dos años antes, tienen 24 y 26 años. Pero encontraron la fórmula para convertirse en proveedores de municipalidades tan lejanas a la sede de su empresa, como la comuna de Unión Cantinil, Huehuetenango o Los Amates, Izabal.
Los dos emprendedores comenzaron a proveer materiales de construcción, alquilar retroexcavadoras, darle mantenimiento a plantas de tratamiento a partir de 2018 y en menos de dos años han vendido a las alcaldías Q6 millones 944,772.84.
La constructora de los Q3.9 millones
La sede de Constructora Mak, una empresa individual registrada a nombre de Miza Pérez, es una vivienda de la aldea Saquitacaj, San José Poaquil, Chimaltenango. Está pintada de blanco con el logo del desaparecido partido Libre del exdiputado Aníbal García y ubicada a cuatro kilómetros del centro del municipio. En el lugar no hay camiones de construcción, maquinaria o material para obras. Es una casa que en su interior alberga un taller de herrería.
Miza Pérez no se encuentra en el lugar, la propietaria de la empresa llega tarde todos los días, según explicó una niña, quién aseguró que la constructora Mak sí funciona en esa vivienda.
En una segunda visita, nadie abrió en el lugar, un vecino explicó que los habitantes de la casa salen temprano por la mañana y regresan por la tarde.
En el número de teléfono que reporta la empresa en el portal electrónico de Guatecompras, nadie responde desde el año pasado. Las municipalidades consultadas tienen registrado el mismo.
Pérez y su constructora Mak empezaron a proveer a las municipalidades en abril de 2018, cuando la comuna de Chuarrancho, Guatemala, ubicada a más de 70 kilómetros de distancia y dos horas y media de camino, la contrató de manera directa para restaurar un tramo de terracería. Ella recibió Q23 mil 980.
A partir de entonces las compras empezaron a ser constantes. En 20 meses la Constructora Mak recibió Q4.1 millones, de estos Q3.5 millones por 195 compras directas hechas por distintas municipalidades con montos que no superan los Q28,715 mil y Q602 mil 679 en adjudicaciones por concursos que no pasaron los Q90 mil para evitar cotizaciones.
Dentro de las alcaldías que contrataron de forma directa a la Constructora de Miza Pérez, es decir, la buscan sin mediar un concurso, se encuentran lugares tan lejanos como Unión Cantinil, Huehuetenango, la cual está a 228 kilómetros de San José Poaquil, unas siete horas en vehículo. Las adquisiciones de este municipio con Misa ascienden a Q356 mil 375.
Los Amates, Izabal, solicitó material de balasto para componer distintos caminos, además de arrendar maquinaria y hacer pagos por mejoras a un camino vecinal, todo esto por Q98 mil 190. El municipio se encuentra a 297 kilómetros de distancia del taller de herrería.
De acuerdo con los documentos legales que la Constructura Mak publica en Guatecompras, es una empresa que se dedica a “construcciones en general, servicio de maquinaria y transporte pesado… edificios de varios niveles, adoquinamiento, pavimentos, drenajes, agua potable, puentes, sistema de riego, empedrados, balastrado, estudio de planificación… mantenimiento de toda obra civil de ingeniería, obra gris, industrial eléctrica, estructuras metálicas, sistema de energía eléctrica, servicio de transporte pesado”. Sin embargo, su propietaria no es ingeniera.
Vía telefónica se habló con Leslie García, del departamento de compras de Los Amates, para conocer la razón por la que se contrataba a una empresa sin ninguna experiencia comprobable y que se encontraba a más de seis horas de distancia, en lugar de comprar o contratar a una entidad con experiencia comprobable y vecina del municipio.
García, después de pedir un momento para hacer las consultas, señaló que no podía dar una razón sobre el tema y que si se tenía una duda debía dirigirse a la unidad de información pública para resolverla.
El año 2020 empezó con varias compras para Pérez, en mes y medio le han hecho nueve compras que ascienden a Q233 mil 204, solo dos de ellas después del cambio de autoridades. Estas con la alcaldía de San Pedro Yepocapa, cuyo alcalde Samuel Ajín logró la reelección.
De operario a proveedor municipal
Abner Juan José Morales Charuc es el dueño de la Constructora D&M, según el Registro General de la Propiedad. Trabajó hasta junio pasado como operario de una empresa de plásticos y cartón, de acuerdo con los registros del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y la información proporcionada por la compañía para la cual laboró a partir de julio de 2014.
El joven pasó de ser un empleado en relación de dependencia a convertirse en el propietario de una empresa que en un año y dos meses ha vendido a las municipalidades Q2.7 millones en 87 concursos que van desde Q1 mil 524 hasta Q120 mil 984.
La sede de esta constructora es una pequeña vivienda en donde se encuentra una distribuidora de gas y una venta de helados. Tampoco hay materiales de construcción o maquinaria.
Su negocio, afirmó, “es a base del sistema de Guatecompras. (Las municipalidades) necesitan trabajos entonces uno oferta y todo”.
Morales fue consultado sobre cómo hace para llevar los materiales desde Poaquil a los distintos municipios que lo contratan. La respuesta está en subcontratar los servicios en el lugar. “No es que tenga uno todo, sino si uno necesita maquinaria y todo eso, uno va a arrendar allá (los lugares que los contratan), pregunta uno a cuánto les dan las horas y así es como uno trabaja”, señaló.
Morales es proveedor también de la municipalidad de Unión Cantinil y explicó que cuando le piden materiales en municipios así de lejanos, no llevan a los trabajadores o los materiales desde San José Poaquil. “Uno en lo que oferta empieza el trámite para ir a ver y a cotizar precios y todo”, indicó.
En tanto, en la municipalidad de Unión Cantinil al preguntar al encargado de compras la razón por la que contratan a empresas como estas, este señaló que las compras se hacían de acuerdo a los requerimientos que tenía la municipalidad y si las cercanas no tenían disponibilidad de productos, como el balasto, acudían a otros proveedores. Al insistir por qué no comprar materiales en tiendas con sede en municipios vecinos o más cercanos como la cabecera departamental de Huehuetenango, el empleado municipal señaló “así se hacen las compras”, y terminó la llamada.
Pese a las distancias, un metro cúbico de balasto es vendido por los emprendedores en Q15 y Q14 mientras mientras otras empresas lo venden a Q20 y hasta Q50.
En menos de dos años, Celia Anabella Miza Pérez y Abner Juan José Morales Charuc lograron el sueño de todo emprendedor, convertir una pequeña empresa en una con ventas millonarias, gracias a la fórmula utilizada para vender de forma exclusiva por municipalidades.