El jefe edil no tiene un horario fijo para acudir al palacio municipal. No hay problema si él no está porque tiene un suplente, pero no es el concejal I. Lo contamos en esta crónica.
Por Carmen Maldonado Valle
El 10 de febrero Ojoconmipisto llevó su lupa hasta Chisec, Alta Verapaz. Durante el camino, dije a quienes me acompañaban que buscaríamos durante los dos días de viaje a una fuente que tratamos de contactar desde hace meses, pero no responde las llamadas ni los mensajes, y tampoco en el palacio municipal.
La fuente en cuestión era el alcalde y exdiputado, Fidencio Lima Pop. Ocupa por primera vez el cargo con el partido Unión del Cambio Nacional (UCN). En 2019, votaron 79 de cada 100 adultos en el municipio y de estos, 31 lo eligieron. Otros 28 apostaron por su oponente de Podemos, Luis Francisco Reynaldo Vásquez Pop, quien quedó en segundo lugar.
El 10 de febrero llamé a Fidencio Lima para agendar una cita pero, una vez más no respondió. La secretaria de la municipalidad sí contestó el teléfono y dijo “el alcalde no vino. No tiene un horario fijo, entonces tampoco podríamos fijar una hora exacta para reunión”.
Al día siguiente lo llamé varias veces y el silencio continuaba, entonces acudimos a la comuna donde la pandemia “no existe” y, por ende, tampoco las mascarillas. Los policías negaron haber registrado la entrada del jefe edil, y recomendaron preguntar por “el alcalde interino”. Acudí entonces al resto de empleados y recomendaron hablar con “don Artemio”.
Obtuve su número telefónico y lo llamé:
–Don Artemio, soy periodista, trato de contactar a Fidencio Lima Pop para una entrevista. Al edificio municipal no ha entrado, pero los empleados aseguran que usted sabe su agenda.
–No creo que llegue hoy, porque ha estado muy ocupado en revisión de obras. Lo voy a llamar de todos modos y le cuento.
Después de media hora lo lo llamé de nuevo.
–No me contesta el alcalde, entonces no sé si llegará. ¿Está en alguna comunidad cercana? Puedo ir a buscarlo.
–No sabría decirle, pero espéreme 20 minutos en la municipalidad. Yo la puedo atender para darle la información necesaria. Voy en una camioneta gris.
“Ahí viene don Artemio”, dijeron los empleados cuando la camioneta pasó frente al edificio, pero pasaron 15 minutos y nadie llegaba. Le pregunté a vecinos en las calles si alguno era él. Sus respuestas fueron “no soy yo, pero cuando lo vea dígale cuánto lo admiro”, “no soy yo, pero, por favor, dele mis saludos”, “no soy yo, pero dígale que lo esperamos por el mercado”, “no soy yo, pero algún día también quiero ser alcalde”.
En ese momento se me acercó el portero de la municipalidad, porque don Artemio había entrado al edificio. Chisec es municipio de 84 mil 553 habitantes, según el Censo 2018, con un prespuesto de Q78 millones 686.
Me dirigí al segundo piso a esperar afuera de la oficina del jefe edil porque don Artemio estaba en otra reunión. El lugar estaba lleno, era día de matrimonios civiles y cada diez o 15 minutos llamaban a los novios para realizar el trámite. Tres parejas más tarde me dejaron pasar al despacho.
Al fondo había una librera, al lado opuesto un escritorio, un banco para invitados y una silla de cuero negro, propiedad de Fidencio Lima, pero quien la ocupaba en ese momento era don Artemio. “Pedile a los de servicios públicos parar las reparaciones abajo, por favor. Hacen mucho ruido y estoy en una entrevista”, ordenó a la secretaria. El ruidó cesó.
Era un hombre alto de barba, de pantalón de lona y camisa a cuadros. De nuevo le pregunté por Fidencio.
–Él no podrá venir, pero yo la puedo atender.
–¿Usted administra el edificio o es empleado de la municipalidad? ¿cuál es su puesto?
–No, para nada. No trabajo aquí y no tengo intención de hacerlo. Solo vengo cuando él no puede. Ayudo a atender gente y a veces acompaño en algunas visitas a comunidades, pero no me meto.
Las siguientes respuestas de aquel cuestionario fueron “soy ganadero, mi terreno está cerca y las vacas me esperan lo necesario”. Sugerí que para esta entrevista preferiría conversar con el concejal I, para tener declaraciones oficiales de la corporación.
Don Artemio se levantó, abrió otra puerta y le dijo al concejal “cuando terminés con ellos, parás un ratito y venís. Te esperan para hablarte”. Todos le obedecen ahí. Regresó a la silla de cuero.
De nuevo le pregunté cuál era sus papel ahí: “Soy Artemio Lima. Cuando el alcalde está ocupado en proyectos afuera, yo le ayudo aquí”. Ahí entendí de quién se trataba.
Artemio Lima Pop fue alcalde de Chisec de 2008 a 2012, un período, con la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Su lema era “más cerca de mi gente”.
Es hermano de Fidencio Lima, el jefe edil actual, ganó con el partido Unión del Cambio Nacional (UCN). El nombre de Artemio no aparece en la planilla de la comuna.
–La gente lo ve a usted como alcalde interino, se sienta en la silla de su hermano. Si no tiene sueldo aquí, ¿qué gana con venir?
–La satisfacción de ayudar.
Una tarea que le compete a su hermano, le dije. “No se preocupe, yo no firmo documentos ni coordino proyectos. Atiendo a la gente nada más”, dejó en claro.
Por fin llegó el concejal I y tras él, el síndico II. Don Artemio se despidió, porque debía atender otros asuntos y al marcharse se reanudaron las reparaciones en la oficina de servicios públicos, pues se acabó la entrevista. Al salir, el portero me felicitó por haber localizado al alcalde interino.
Tres horas en la comuna y Fidencio, el alcalde de Chisec, nunca apareció. Allá, donde solo el 15 por ciento de sus pobladores se vacunó con primera dosis contra COVID-19.
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