Al igual que en Jalapa, Mixco y La Antigua el índice es dañino para grupos vulnerables. Es uno de los mayores contaminantes de mayor impacto negativo para la salud humana.
Por Isaias Morales
Cada día en la ciudad de Guatemala los vecinos respiran partículas medibles en micrómetros (una milésima de milímetro) provenientes de distintos contaminantes. Es decir, invisibles para la vista, pero dañinas si el índice de las mismas se eleva.
Para ello, en los últimos años distintas entidades instalaron cinco sensores en la capital cuyos datos en tiempo real están disponibles en el sitio de Purple Air, quien los fabricó. Estas se localizan en las zonas 4, 9, 12, 13 y 18. También hay estaciones en Mixco, Jalapa, Isla de Flores y La Antigua Guatemala, cuyos números se asemejan al área metropolitana.
Los resultados permiten alertar sobre las condiciones de la atmósfera, como un pronóstico del clima para la toma de decisiones. La medida utilizada es un Índice de Calidad del Aire (AQI, por sus siglas en inglés), según el Laboratorio Ecológico y Químico (Ecoquimsa), quien colocó cuatro de estos dispositivos, al carecer de normativas locales se utiliza la guía de calidad del aire de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
El AQI otorga una puntuación de 0-50 considerada buena, 51-100 es moderada, dañina para grupos sensibles de 101 a 200 y dañina a partir de 151.
El promedio de las estaciones de la capital fue moderado, pero en algunos días a partir de la noche se sobrepasó ese rango, lo cual coincide con las horas pico de mayor circulación.
El origen de estas partículas puede ser de diferentes vías, pero entre las más destacadas están: el natural como los incendios forestales o antropogénico con la quema de combustibles fósiles (vehículos), industrias e incluso la fertilización de campos agrícolas, según un informe realizado por Edwin Taracena del Laboratorio de Calidad del Aire de la Universidad de San Carlos (USAC).
Esta casa de estudios también realizó sus propias mediciones entre 2012 y 2018, cuyo promedio de micrómetros por metros cúbicos es superior a los 40 recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los mayores contaminantes para la salud humana.
El referido análisis atribuye la alta carga vehicular como uno de los principales factores principales para tener esa cantidad de partículas en el aire. Para ello recomiendan tomar medidas, entre las cuales resalta elaborar un reglamento para regular la calidad del aire desde los ministerios de Salud y Ambiente.
Por su lado, el Instituto Nacional de Sismología Vulcanología e Hidrología (Insivumeh) realiza sus mediciones de estas mismas partículas. Si bien en su escala la calidad se mantiene entre buena y moderada, algunos días hay cambios abruptos.
Un riesgo detectado por la entidad del clima es que a mayor contacto con estos contaminantes aumentan los riesgos para la salud a personas con problemas respiratorios y asmáticas y al entorno de la población.
Una de las recomendaciones del Insivumeh a los vecinos es no salir a menos que sea necesario y utilizar mascarilla para evitar riesgos de inhalar contaminantes. También regar constantemente las áreas verdes y caminos de tierra para evitar que se dispersen las partículas.