En los últimos cinco años aumentó la inversión para cuidar de este recurso en comparación con administraciones anteriores, pero se agota y la alcaldía va contrarreloj.
Por Carmen Maldonado Valle
Desde 2018 la cabecera de Chimaltenango fue catalogada por la Universidad Rafael Landívar (URL) como una zona con estrés hídrico extremo. Esto, según la entidad, significa tener pocos recursos para la cantidad de habitantes, lo cual ha generado que uno de cada cuatro hogares no tenga acceso a agua entubada, como consta en el último censo.
Al recibir cada vez más reportes por la escasez en el sector, la alcaldía inició campañas de reforestación en el astillero, considerado uno de los “pulmones” del departamento “Tenemos por meta plantar 50 mil árboles al año. Nos aliamos con empresas para enviar a nuestro personal a hacer las plantaciones, porque sí nos quedamos sin agua poco a poco”, cuenta el jefe edil, Carlos Simaj.
En efecto, Chimaltenango se seca. En agosto de 2021 el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanologia, Meteorologia e Hidrología (INSIVUMEH) reportó que entre 40 y 50 por ciento de los cultivos de frijol fueron afectados por el estrés hídrico. Faltaba agua limpia para regarlos y no cumplían con las condiciones de calidad de cosechas anteriores.
El mismo daño presentaba el frijol en Melchor de Mencos (Petén) y Guastatoya (El Progreso). Además, se determinó una sequía moderada en Villa Nueva y San Pedro Sacatepéquez, Guatemala.
Para contrarrestar esto, junto a la reforestación, la alcaldía está en la primera fase de un proyecto de devolución de agua al acuífero. Desde junio de 2019 ha invertido Q38 mil 708 en pozos de absorción, cuya función es captar la lluvia para devolverla al subsuelo y así hacer sostenible la obtención de recursos hídricos para abastecer a los hogares.
Los pozos se encuentran en el área urbana, en tres zonas cercanas al centro de Chimaltenango. El resto de los fondos y la asesoría técnica para esta iniciativa los ha otorgado la cooperación española.
Recuperar el agua limpia
Simaj es el primer alcalde en ocupar el cargo dos veces consecutivas. Durante la administración anterior se dedicaron Q5 millones 672 mil 763 a la gestión del agua, según Guatecompras, mientras desde 2016 este monto ascendió a Q13 millones 446 mil 828. Además, en diciembre de 2021 se inauguró la oficina de agua, dirigida por técnicos en saneamiento.
En los últimos cinco años la inversión de la comuna en este tema se ha dividido en la perforación de pozos, ampliación del sistema de alcantarillado y la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales.
“Esto está bien, pero el esfuerzo debe ser igual para cosechar agua limpia en el subsuelo. Una planta procesa la de afuera, pero nadie se preocupa por la ubicada bajo tierra y es de ella de donde dependen el riego de cultivos y la hidratación del ganado”, explica Sharon van Tuylen, hidróloga especialista en la recuperación de la cuenca del río Motagua, de la cual forma parte Chimaltenango.
Para garantizar la recarga en todas las ciudades, la especialista recomienda destinar presupuesto municipal también a aprovechamiento de la lluvia, reforestación constante y ordenamiento territorial. “Por el crecimiento de urbanizaciones desorganizadas, la tendencia a asfaltar todo crece y se impermeabiliza el suelo. Sin normas claras, la construcción desmedida tapa los poros de la tierra y no deja ingresar el agua al acuífero”, añade.
Como Chimaltenango, otros 11 municipios enfrentan estrés hídrico extremo y requieren con urgencia prácticas de reabastecimiento del subsuelo, de acuerdo con la URL. Son San Miguel Petapa, Villa Nueva, Guatemala, Mixco, San Pedro Sacatepéquez, Chinautla, La Esperanza, Panajachel, Jocotenango y San Antonio Aguascalientes.
Por otro lado, los municipios sin estrés hídrico se encuentran en las Verapaces y Petén, donde la disponibilidad supera la cantidad de habitantes. Esto, para la universidad, puede deberse a mayor presencia de flora y al uso sustentable del agua subterránea.