Los tamales no solo se sirvieron a las comunidades, sino también a los empleados, y la cuenta fue pagada con fondos públicos (provenientes de la bolsa de los vecinos).
Por Carmen Valle
La factura por los convivios navideños ya llegó a los edificios de cinco municipalidades. Estas destinaron concursos al catering, la atención y el entretenimiento de su personal durante las fiestas decembrinas por un año más de servicio público. No fue gratis y se destinaron Q316 mil 954 a ello.
La cabecera de Escuintla fue una de las organizadoras de estos festejos a solicitud del departamento de recursos humanos. Según este, debía priorizarse la compra para convivir con los empleados y sus seres queridos antes de finalizar el año.
A esto se dedicaron Q89 mil 604 por 1 mil 368 platos de comida. Estos incluyeron pierna horneada, pollo, una guarnición, una ensalada, dos panes y un refresco. La proveedora fue Sandra Liset Villalta Gutiérrez, propietaria de El Cheff y cuyos servicios de banquetes por lo general se ofrecen a municipalidades de Escuintla, como en la cabecera o Santa Lucía Cotzumalguapa.
En Teculután, Zacapa, no solo se llevó a cabo la fiesta, sino también se obsequió una canasta a cada empleado. Según la encargada de relaciones públicas, Verónica Sagastume, se pensó en esto como algo importante porque representaba un agradecimiento al esfuerzo del personal en el servicio a la población.
A cada trabajador se le dio un bote plástico con capacidad para 75 libras y dentro de él iban gaseosas, Maseca, arroz, azúcar, aceite, una magdalena, pasta, sopas instantáneas, Incaparina, golosinas y frijoles. Quien abasteció de estos productos a la comuna fue Cristián Leonardo Sánchez Ortíz por Q89 mil 625, aunque hubo otra oferta de Promociones Génesis, S. A. por Q87 mil 500.
La Democracia, Huehuetenango, no se quedó atrás con estas actividades e invitó a las mujeres de la comunidad a los convivios. Según la directora municipal de la mujer, Limni Castillo, se realizó la celebración porque “ellas me apoyaron en todas las actividades en el año y trabajaron con los grupos en sus comunidades”. Los 850 almuerzos para ellas costaron Q38 mil 250. A cargo de ellos estuvo María Rubelina Escobedo Granados, de Antojitos doña Rube, quien desde 2017 ha sido contratada 58 veces por instituciones públicas. De esas, 56 fueron por parte de la comuna de La Democracia.
Peero no todas las alcaldías realizan estas festividades por iniciativa propia. Algunas lo hacen por obligaciones heredadas en los pactos colectivos. En Purulhá, Baja Verapaz, por ejemplo, la municipalidad está comprometida a gastar al menos Q12 mil en el convivio debido a esto, y la cabecera de Chiquimula, Q10 mil.
Según el exministro de Trabajo, Luis Linares, los pactos colectivos no son perjudiciales en sí mismos porque nacen para velar por el bienestar de los empleados. Sin embargo, el problema es no tener límites, pues aunque el Código de Trabajo estipula quiénes pueden negociarlos, no especifica qué pueden o no pedir.
Además de las municipalidades anteriores, también hubo otras dos con concursos para el festejo de fin de año con los trabajadores. Son El Progreso (Jutiapa) y Cabañas (Zacapa). Estos pagaron Q71 mil 200 y Q28 mil 275 por los servicios de recepción y comida para los convivios.