El susto de ser el municipio que reportó hace tres meses el primer fallecido por COVID-19 en el país, le duró poco a los vecinos. Relajaron las medidas y ahora suman 62 casos.

Por Claudia Palma
En San Pedro Sacatepéquez, Guatemala, se reportó la primera víctima mortal de coronavirus. Tres meses después de ese anuncio en ninguna de las 52 maquila de la localidad ocurrieron contagios. Sin embargo, un rebrote elevó los casos positivos a 62.
Noé Boror es el alcalde, un médico de carrera que después de informar del primer fallecimiento puso en marcha un plan de saneamiento, protocolos para las maquilas, introducción de agua potable y dotación de víveres, según reflejan las adquisiciones subidas al sistema de Guatecompras.
Aunque, al principio la población siguió estrictamente las reglas del confinamiento, pronto la comunidad se relajó, dejó de respetar el distanciamiento, al punto que los niños salen a las calles y los velorios se convirtieron en la ocasión perfecta para socializar, pese a la prohibición de no exceder el número de diez asistentes, comenta el juez municipal, Emerson Chuc.
Ante el temor de una nueva propagación del virus, aunque el horario de cierre de los mercados se extendió hasta las 16:00 horas en todo el país, la comuna de San Pedro decidió cerrarlos a las 12:00 horas. Las ventas de verduras y frutas empezaron a proliferar de inmediato en los zaguanes de las casas, para cuando la prohibición llegó fue tarde. “Es complejo, aprendimos que toda restricción debe de tener un equilibrio”, agrega Boror.
Las investigaciones de la Municipalidad y el centro de Salud determinaron que los primeros transmisores de este rebrote se dieron entre comerciantes de verduras y frutas, contagiados en La Terminal, zona 4, al recoger sus productos y regresar a venderlos al municipio.
En el mercado cantonal se dispuso que las personas ingresaran en grupos de veinte y se siguieron todos los protocolos de seguridad contra la COVID-19. Pero varios de estos comerciantes abrieron las puertas de sus casas después de las 12:00 horas, en pocos días la comuna se encontró con cinco focos de infección, explica el alcalde.
En estos días San Pedro Sacatepéquez ha recibido a deportados, que con el tiempo han desarrollado síntomas de coronavirus y complican su delicado mapa de salud.
En la maquila
Aunque la primera víctima mortal en San Pedro Sacatepéquez fue el dueño de una maquila, en los negocios del sector no se ha reportado ni un contagiado. “¡No podemos bajar la guardia!” dice Isaac Coc, propietario de una maquila en San Pedro Sacatepéquez. En un convenio con la municipalidad y las autoridades sanitarias se acordó la toma de temperatura tres veces al día a los trabajadores, quienes deben obligadamente comen dentro de las instalaciones.
Se estableció además, una distancia de un metro con cincuenta centímetros, a dos metros en el espacio de trabajo, el uso obligatorio de la mascarilla, señalizaron los espacios para enseñar a los trabajadores a qué distancia deben mantenerse, y aplicarse constantemente gel antibacterial, explica Alma Guat de la maquila G y V. “Los protocolos se siguen al pie de la letra porque saben que perder su salud, va más allá de una suspensión”, agrega.