En Quezaltepeque hay vecinos preocupados por un proyecto de abastecimiento de agua cerca de los nichos, pero los expertos no lo ven como una amenaza.
La municipalidad de Quezaltepeque, Chiquimula, construye un pozo en la aldea “El palmar” para abastecer a comunidades sin agua. Según los vecinos, está en medio del cementerio y tienen miedo de que el agua se contamine con restos humanos, pero esto, según un especialista, no es posible por la estructura de la obra.
El concurso se adjudicó en octubre por Q3 millones 886 mil 772 y el proveedor contratado es Josué David Peinado Medina, el único en ofertar. Su trabajo es perforar un pozo de 298 metros, cuya agua se bombeará desde el subsuelo, pasará por una tubería recubierta y luego conectará con el entubado para el abastecimiento de la población.
“La infiltración de un líquido no deseado al acuífero puede llegar si mucho a 20 metros bajo tierra. Como este pozo será más profundo, estará recubierto y será sellado en la superficie, no hay riesgo de contaminación por los restos humanos del cementerio”, explica el ingeniero sanitario, Rodolfo Castro. Aun así, recomienda alejarlo un poco de los nichos para evitar un derrumbe a causa de las vibraciones en el suelo durante los trabajos.
“Podría haber riesgo si se encontraran piedras con cifras elevadas de ciertos minerales, pero eso puede pasar en cualquier lado. Además, se detecta en los estudios hidrogeológicos previos a la construcción y para asegurarse también se estudia el agua subterránea”, añade. En las bases del evento se pide al proveedor realizar evaluaciones bacteriológicas al agua antes del bombeo.
La preocupación
Este proyecto surgió porque el Consejo Comunitario de Desarrollo de “El Palmar” solicitó a la alcaldía en marzo de 2022 una forma de abastecerse de agua. La entidad reconoció que hasta entonces el servicio llegaba de forma irregular a ese sector del municipio y aprobó la obra.
A decir de Luis Compá, líder de la Red Nacional de Comisiones y Colectivos por la Transparencia y Probidad, los comunitarios no se oponen a la perforación del pozo, sino al lugar donde se hace. Temen contagiarse de enfermedades por agua contaminada con desechos de cadáveres. Incluso realizaron una asamblea para hablar sobre sus inquietudes alrededor de la obra.
“Es un municipio donde la minería causó enfermedades. De la nada, los vecinos empezaron a aparecer con granos y afecciones de la piel y nadie respondía por ello. Es natural que exista desconfianza por las malas experiencias del pasado”, concluye Compá.
En el Sistema Nacional de Inversión Pública se contempla terminar el pozo en seis meses. Tendrá una vida útil de 20 años y se sufragará con fondos de los consejos de desarrollo.
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Por Mirja Valdés
Mirja Valdés
Quetzalteca que estudió Técnico en Periodismo y Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de San Carlos. Reportera y editora en varios medios. Me gusta lo que hago. También los gatos 🐈.