El municipio de Sacatepéquez no adquirió ningún servicio mayor a Q25 mil en 2020. La ejecución y pago de obras de arrastre de años anteriores absorbe su presupuesto.
Por Jhonny Anona
Hasta octubre, la comuna de San Juan Alotenango, Sacatepéquez, solo había publicado un concurso de compra directa para adquirir vales por combustible para todo el año, pero fue declarado desierto. Tampoco ha realizado ninguna cotización ni licitación.
Todas sus adquisiciones las hace por modalidad de baja cuantía, por las que ya pagaron Q4 millones 924 mil 651.02 en 2020. Ahí van incluidas las compras fraccionadas por combustible, unos Q17 mil cada mes.
De las siete obras proyectadas el año pasado en el Consejo Departamental de Desarrollo (Codede) para su ejecución en 2020, ninguna ha sido adjudicada. ¿La causa? Una mala planificación y gestión de la administración pasada les impide ejecutar ese presupuesto para este año, argumenta el alcalde Sergio Sul Civil.
Según el jefe edil con los recursos asignados para 2020 solventan deudas que dejó la administración anterior. “No solamente deudas de arrastre con Codede, sino con otros proveedores”, comenta.
Sul Civil llegó a la alcaldía con el partido político UNIDOS, este es su primer período. El alcalde anterior, al que acusa de las deudas, fue José Marroquín Pamal quien ocupó el cargo en dos períodos entre 2012 y 2020 con la UNE-GANA y Lider.
En el portal del Sistema Nacional de Inversión Pública hay 35 proyectos planificados para este año en el municipio, de los que 17 tienen menos del 33 por ciento de avance, o ninguno como las obras con fondos de Codede.
El municipio de 23 mil 986 habitantes cuenta con un presupuesto de Q28 millones 890 mil para este año. De eso ya recibió el 70.81 por ciento.
Alotenango nunca ha adjudicado más de cinco obras en un año, según Guatecompras. Fue en 2018 que se adjudicó esa cantidad de trabajos, pero no se llevaron a cabo.
Obras de arrastre
Sul Civil tomó posesión en enero con varias obras pendientes de realizar. Tres de 2019 y cinco de 2018. Fueron las de 2019 las que se empezaron este año y que se encuentran en fase final de ejecución, destinadas a la construcción de sistemas de agua potable y tratamiento de aguas residuales.
De las de 2018, ninguna tiene avance físico, aunque ya se pagó el 20 por ciento de anticipo en todas. De hecho, en la sesión de Codede del 31 de julio de este año el alcalde solicitó anular los convenios de dos de estas obras, y así pedir la devolución del anticipo. Correspondían al mejoramiento de una escuela de preprimaria y primaria, pero por oposición de los maestros ya no se llevaron a cabo las obras, indicó Sul Civil.
Al inicio decidió denunciar el abandono de las obras, pero el ministerio de Finanzas dio la opción de llevarlas a cabo en 2021, comunicó al codede en abril. “Nos dejaron en mala ejecución desde 2017. Prácticamente no habrán obras para 2020”, incrimina.
Para la exsecretaria de Segeplan, Karin Slowing, la mayoría de municipalidades tienen poca capacidad de planificación. Entre que sus unidades son pequeñas, sus planes empiezan casi al final de año “cuando el presupuesto ni siquiera se ha aprobado. Lo hacen sobre la base de un situado constitucional que no se ha aprobado todavía”, señala.
Sin embargo, admite que no es solo un tema de negligencia municipal. “Tiene que ver con cómo está montado el ciclo presupuestario”, dice. “Mientras menos preparadas estén (las municipalidades) para entenderlo y manejarlo, más les cuesta ejecutar una obra hasta su fin”, añade.
Te sugerimos: La municipalidad de San Martín Jilotepeque quiere una plaza sin vendedores
