El cocode de Santa Ana difundió la confirmación de los arqueólogos, es un asentamiento prehispánico encontrado a 2.5 metros de profundidad.
Por Julio Sicán
Los vecinos de la aldea Santa Ana de La Antigua Guatemala, se enteraron que los trabajos de la inmobiliaria en el lugar quedaron interrumpidos al tropezar con hallazgos arqueológicos. La información la divulgó el Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) y confirmada por el Conservador de la Ciudad, Javier Quiñónez.
Se trata de tiestos o piezas de cerámica y una estructura prehispánica encontradas a 2.5 metros de profundidad.
La desarrolladora, Promotora Metropolitana S. A., contrató a un grupo de arqueólogos para realizar una investigación durante cuatro meses, para lo cual perforaron 120 pozos arqueológicos que certificó el hallazgo.
El resultado consta en 300 folios entregados a la Unidad de Arqueología del Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala (CNPAG), para sus respectivo análisis y recomendaciones.
El informe lo conocerá la junta directiva del CNPAG. Los objetos hallados son resguardados por el ente de conservación para su análisis más profundo, agregó el conservador.
“Las piezas de cerámica y una estructura pertenecen a un asentamiento prehispánico periférico que muestra una actividad cotidiana que pueden encontrarse en todo el valle de Panchoy”, indicó Quiñónez.
El hallazgo arqueológico no detendrá el proyecto urbanístico, aunque admite que no existe una licencia de construcción. En las próximas semanas el CNPAG dará a conocer el informe final de lo ahí descubierto.
Incómodos vecinos
El proyecto no es del agrado de la comunidad debido al impacto ambiental, vial y social que se avizora cuando lo habiliten. Virginia Pappa, presidenta del cocode de Santa Ana, asegura que la desarrolladora busca construir de forma anómala el condominio Cafetales de Santa Ana.
Esto explicó Pappa: en 2013 solicitaron la licencia de cambio de uso de suelo, según expediente PROUS 11-2012, pero se les negó. En 2020 lo intentaron de nuevo y el 26 de noviembre, el alcalde Víctor Hugo del Pozo la aprobó sin los avales de los ministerios de Salud, Ambiente y Recursos Naturales, la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred) y el CNPAG.
Los comunitarios presentaron un recurso de reposición en diciembre de 2020 en contra de la aprobación de la licencia de cambio de uso de suelo. Pero en enero 2021 el concejo municipal lo rechazó in limine (no lo conoció).
Esta acción llegó hasta la Corte de Constitucionalidad (CC) el 29 de septiembre de 2021, y obligó a la corporación a conocer el recurso de reposición. Dejó en suspenso la resolución impugnada contenida en el Acta 07-2021.
El 29 de julio de 2021, la municipalidad aprobó la urbanización en su etapa de proyecto, acción objetada por el cocode. Le siguió una orden de pago por el cambio de uso de suelo por Q788 mil 214, otra por desmembración por Q30 mil y otra por Q33 mil 791 por costo de metros cuadrados de construcción.
“Estas acciones legales derivan de la irresponsabilidad que las autoridades municipales han demostrado por proteger el patrimonio cultural y natural de La Antigua Guatemala”, lamentó Pappa.
En el futuro si un propietario de esa residencial quiere construir una piscina o una cisterna tendrá que contar con un estudio arqueológico, si se trata de casas el cimiento es de 80 centímetros de profundidad, explicó Quiñónez, el conservador.