El alcalde de Jocotenango pidió a los empleados municipales colaborar con Q20 en víveres para ayudar a las familias más afectadas por la emergencia ocasionada por la COVID-19.
Por José Pablo del Águila
La primera vez participó con el Partido Patriota (PP) en 2012, pero a partir de 2016 formó un movimiento que girara en torno a su figura y formó un comité cívico que lleva su nombre: MarCus. Es el alcalde de Jocotenango, Sacatepéquez, desde 2012, Marcus Alexander González.
El comité se llama Movimiento de Acción Renovada Cívico y Unidad Solidaria (MARCUS). Fue la opción que el jefe edil encontró para que las siglas coincidieran con su primer nombre.
Durante esta emergencia por la COVID–19 pidió a los empleados de su comuna colaborar con Q20 en víveres para ayudar a las familias más afectadas.»Solicitamos la ayuda en especie y no en efectivo para que no se preste a corrupción», indica.
La Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) no prohíbe que los comités cívicos se llamen igual que el candidato a alcalde. La única restricción es no utilizar el nombre de otra organización política ni sus emblemas o símbolos. Tampoco el uso del quetzal, la bandera y escudos nacionales.
En estas últimas elecciones, MarCus ganó con 3,115 votos, equivalente al 33 por ciento del padrón electoral del municipio.
Al alcalde no le molesta que el movimiento suene personalista. Es más, lo reconoce abiertamente.
“El movimiento es personalísimo, yo lo acepto, es mío. Ha tenido el éxito para poderme reelegir”, dice González.
Decidió nombrarlo así luego de que en 2015 varios funcionarios del PP fueran capturados por casos de corrupción. Se desligó del partido, pero las personas seguían asociadas a su proyecto político por el color naranja y su nombre. Así nació MarCus.
No es una práctica común
Celia Luna, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), considera que el problema con los movimientos “personalistas” es que se vota por una figura, y no por un proyecto político de largo plazo.
Los comités cívicos están ideados para que los vecinos puedan incidir en las políticas públicas de su municipio y competir a un puesto de elección popular, pero se imposibilita cuando una persona es el centro de la organización, agrega.
Ricardo Barreno, del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), comenta que no es común que los comités cívicos se llamen igual que un candidato. Casi siempre llevan por nombre algún símbolo característico de la región. Por ejemplo, algún vegetal que se cultive en el municipio.
Los comités cívicos, a diferencia de los partidos, son organizaciones que deberían representar de mejor manera los intereses locales, agrega. Sin embargo, en la práctica, tampoco son incluyentes en su proyecto político, como llevar a mujeres en puestos importantes dentro de la organización.
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