Aunque la enfermedad se erradicó casi a nivel mundial, Guatemala es uno de los pocos países donde cada año se infectan personas y Jutiapa es el departamento con mayor tasa de ellos.
Por Carmen Valle
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hay 21 países en América donde la enfermedad de Chagas está presente. Guatemala es uno de ellos y Comapa, Jutiapa, es uno de los lugares con mayor transmisión. Sin embargo, en este municipio se comenzó a controlar a través del trabajo entre academia, organizaciones internacionales, el ministerio de Salud y la alcaldía.
Chagas es un padecimiento transmitido por chinches y llega al cuerpo tras una picadura: las personas introducen las heces de estos animales a la piel al rascarse por instinto. También es transferible de madre a hijo durante el embarazo, por transfusiones de sangre, por trasplantes de órganos o por alimentos contaminados por los insectos.
De acuerdo con la microbióloga Pamela Pennington, Chagas es una enfermedad relacionada con la pobreza, pues los hogares suelen estar hechos de bajareque o adobe. También es probable que las condiciones higiénicas no sean las adecuadas. “Está desatendida porque hay pocos recursos para estudiarla y combatirla. Aunque en Guatemala se puede diagnosticar y tratar, solo se logra a través de acceso a servicios de salud. No todos lo tienen”, resalta.
Aunque Chagas también se da en otros municipios, la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) se dio cuenta de que al rociar los hogares con insecticida durante dos o tres rondas, varias ciudades lograban controlar el vector. Comapa, sin embargo, no era una de ellas y las chinches aún colonizaban las casas, entonces se desarrolló un plan de acción entre esta institución, la Universidad de San Carlos (Usac), organizaciones como World Vision y la alcaldía.
En la última, quien se ha dedicado en mayor medida a combatir la enfermedad es la Dirección Municipal de la Mujer (DMM) al brindar materiales para reconstruir las viviendas hechas de productos propicios para los insectos. También se encargó de enseñar a los vecinos a utilizar arena de río para cubrir las grietas en sus hogares y así disminuir el riesgo de tener a los insectos allí.
Además, tenía grupos de trabajo con las mujeres de la comunidad para capacitarlas en como prevenir, sobre todo en embarazadas. A ellas se les hacía saber sobre los síntomas y los pasos a seguir si sus bebés estaban contagiados, pues mientras más rápido se les pudiera aplicar el tratamiento, mayor efectividad habría.
“Quienes más se involucraron en las iniciativas fueron las mujeres y aunque aún no podemos decir que erradicamos Chagas, sí disminuyeron los casos y aumentó el conocimiento de los vecinos sobre esto”, explica el encargado del programa por parte del área de Salud, Henry Esquivel.
“Es importante porque mucha gente podía tener fiebres sin saber la razón y no acudir al médico, entonces se desarrollaba la afección hasta causar daños en los órganos. Ahora, incluso, tenemos un consultorio especializado y vigilamos el tratamiento de los contagiados”, continúa.
Cifras del laboratorio de entomología y parasitología de la Usac reportan cómo durante estos años disminuyó el riesgo de contagio para 3 mil 537 familias entre 2018 y 2021. Según World Vision, se mejoraron las viviendas de todas las comunidades proclives.
No es el único
Aunque Comapa era el principal afectado, hay municipios en otros departamentos donde la UVG detectó una distribución considerable de chinches. Entre ellos están Chiquimula, Zacapa, Jalapa y Santa Rosa. Como estos animales también tienen estadíos donde pueden ser tan pequeños como una hormiga, no siempre es obvia su presencia en las casas.
“Otra tarea municipal importante es restaurar bosques nativos. Cuando se cortan los árboles se destruye el ecosistema y se desplazan los nidos de animales. Las chinches buscan otra forma de alimento y es cuando entran a los hogares”, concluye Pennington. Además, se deben procurar condiciones de vida cada vez más higiénicas para los vecinos.
Para esta nota se trató de tener la versión de Dinora Enríquez, titular de la DMM de Comapa, pero tras dos días y 26 intentos, no hubo respuesta. La alcaldía sugirió obtener la información por parte del área de Salud y World Vision.