Avenida Central número 96: la casa del Nobel

Esta es la historia de la casa que conserva los recuerdos de su niñez y las tertulias de su juventud, pero también guardó alguna vez un gran tesoro: el manuscrito de “El Señor Presidente”.

Por

Claudia Palma

“Hay techos de dos aguas. Casas que lloran por los dos ojos. El corredorcito, su corredorcito, sólo lagrimeaba por un ojo, gota a gota primero, y luego a lagrimitas de tejas que formaban arroyos de llanto dulce que por ríos más grandes iban a dar al Atlántico o al Pacífico. Las casas de dos aguas lloran para los dos mares desde aquellas alturas, un ojo para cada mar”. Así describe Miguel Ángel Asturias el corredor en donde tomaba la siesta un gato “bigotes de miel de caña de azúcar”, en su libro “El Alhajadito”.

El texto hace referencia a la casa antañona situada en Avenida Central 96, y, que pasó a formar parte del patrimonio familiar de los Asturias en 1909. Ya no es la Avenida Central, ahora se llama “Avenida Miguel Ángel Asturias” en el barrio Candelaria.

El terreno figura en el Registro General de la Propiedad, con fecha 16 de noviembre de 1871.

Aunque no se tienen datos de la fecha exacta de su construcción, se hace referencia de la existencia de una casa entre 1881 y 1882.

Ernesto Asturias la compró en 1909 para sus hijos Miguel Ángel y Marco Antonio, refiere Rita Solís Roche en la tesis “Reciclaje Casa Miguel Ángel Asturias y Revitalización de su Entorno Inmediato”, presentada en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos, en agosto de 2005.

El ministerio de Cultura piensa invertir Q5.6millones en la “Casa Museo Miguel Ángel Asturias” que se hará donde está la casa. Foto: Claudia Palma

Una casa en el olvido

“Aqui Vivió Miguel Angel Asturias Premio Nobel de Literatura 1,967. Al Poeta en su Centenario 1899-1999” (sic) reza una plaqueta que permanece en la 14 avenida 1-69 zona 1.

Esperanza es la propietaria de una venta de jugos que funciona en la vivienda, de la que quedan en pie tres habitaciones, asegura.

La actual administración del ministerio de Cultura se queja de esta plaqueta “que tiene faltas de ortografía”. Pero es lo único que hay. Foto: Claudia Palma

Delegados del Ministerio de Cultura y Deportes (MCD ) evaluaron el estado de la vivienda y arreglaron unos parales.

Sin embargo, la reparación del inmueble y el proyecto de convertirlo en una casa museo, anunciados el 19 de octubre de 2021 – porque Asturias nació ese día, en 1899–, no comenzará hasta finales de febrero de 2022. Esta fue la notificación que recibieron los inquilinos que tapan las coladeras del techo con plástico azul.

El ministerio prevé invertir Q5.6 millones en la construcción de la Casa Museo Miguel Ángel Asturias que se hará en el mismo espacio que ocupa la vivienda.

El reto está en mejorar la estructura para habilitar un segundo piso para salas de exposiciones y una biblioteca. Inaugurarla tomará 16 meses a partir de su aprobación.

Cultura también digitaliza el archivo de Asturias que la familia entregó al Archivo General de Centroamérica en 2016.

El mismo se encuentra en mal estado y abarca 76.2 metros lineales. Los trabajos estarán a cargo del Instituto de Antropología e Historia y la Dirección de Patrimonio Documental y Bibliográfico.

Aproximarse a la distribución del espacio de las casas de finales del siglo XIX, es posible gracias a Katia Niesiolowska, autora del libro “Casa Guatemalteca”, quien hizo acopio de una descripción de Antonio Batres Jáuregui.

Estas edificaciones tenían una sola planta con muros gruesos lisos, patios y pasillos amplios, con cubiertas de teja de dos aguas que las conducían a gárgolas de barro vidriado y que desembocaban en los patios interiores. El piso de los corredores era de ladrillo tosco y barro.

En agosto de 2021 comenzaron las labores de limpieza en el lugar, así como la mejora de muros. Foto: Ministerio de Cultura y Deportes.

Alrededor del zaguán había poyos de mezcla (bancos arrimados a la pared y próximos a una puerta) para ofrecer un descanso a los recién llegados y en uno de los ángulos un mingitorio. Las puertas de la calle eran monumentales. El patio estaba empedrado.

La casa de la niñez de Asturias fue, en su esplendor, una enorme tienda atendida por María, la madre del Nobel.

Miguel Ángel Asturias con sus padres y hermano. Foto: Fundación Miguel Ángel Asturias

A esta acudían los vecinos de Las Tapias, San Pedro Ayampuc, Chinautla y Palencia.

En la acera existían argollas para amarrar a las mulas, describe Gonzalo Asturias Montenegro, sobrino del escritor, en su libro “Miguel Ángel Asturias, Más que una Biografía, Primera Entrega”.

Era la misma época en que las tiendas de abarrotes anunciaban como productos indispensables, además de los granos básicos, la estearina, el aceite para las máquinas de coser, el papel para cigarros y la tapioca para mejorar el sistema circulatorio y la digestión.

Fue el epicentro de muchas tertulias literarias, y, durante el gobierno ubiquista, se enterró en su patio una caja de madera forrada de hojalata con los manuscritos de “El Señor Presidente”.

La copia fue desenterrada al concluir la dictadura y se celebró con una fiesta, relató Alfonso Alvarado Villagrán, con quien fundó el Diario del Aire, el primer radio periódico del país.

… “Conservo esos recuerdos que me legó de un hombre y tengo en las reliquias de mis antepasados la historia de mi casa, la gloria de mi nombre, y guardo en esos cofres que siempre están abiertos el retrato de bodas de mis abuelos muertos. (Retrato de abuelos)

El ministerio de Cultura piensa invertir Q5.6 millones en la “Casa Museo Miguel Ángel Asturias” que se hará donde está la casa. Crédito: Prensa Libre.