La restauración de la escuela tiene un costo de Q502 mil 500 y fue propuesta por la junta directiva del paraje Paquiacquix, la cual tiene representación en la organización indígena 48 cantones.
Por Mirna Alvarado
La niñez de Paquiacquix, cantón Quiacquix, Totonicapán, pronto contará con un espacio educativo apropiado, luego de más de una década de gestiones y esperas. El proyecto de mejoramiento de la Escuela Oficial Rural Mixta (EORM) es ejecutado con fondos del Consejo Departamental de Desarrollo (Codede), e impulsado por los líderes indígenas de los 48 Cantones. Cuenta también con el acompañamiento de las autoridades comunitarias del paraje.
La organización de 48 cantones tiene representación ante el Codede desde 2016. Esto les permite participar en la priorización de los proyectos financiados con estos fondos estatales.
La obra, que por años fue postergada, responde a una necesidad histórica de la comunidad. Las instalaciones del centro educativo presentaban limitaciones estructurales que dificultaban el desarrollo de las actividades pedagógicas. Gracias a la persistencia de los vecinos y su organización comunitaria se logró abrir un espacio en la agenda institucional del departamento.
Una década de peticiones
“Esta iniciativa lleva más de diez años de intentos. No se había podido concretar porque el Ministerio de Educación exige que el establecimiento esté escriturado, y nuestra comunidad no cede esa documentación. Los terrenos están bajo resguardo de las autoridades ancestrales”, explicó Juan José Chuc, secretario de la junta directiva del paraje Paquiacquix.
Según Chuc, esta situación impidió que la escuela aplicara a los programas de remozamiento que impulsa el Ministerio de Educación. Sin embargo, el acercamiento con el alcalde y las gestiones ante el Codede, lograron la aprobación del proyecto.
De acuerdo con el portal de Guatecompras, el remozamiento de la escuela está a cargo de la Constructora A.P. cuyo propietario es Arnoldo Pojoy López. Sus oficinas están en la ciudad de Quetzaltenango.
La intervención incluye mejoras en aulas, servicios sanitarios, techado, áreas de recreación y medidas de seguridad. Aunque aún quedan acabados pendientes, los vecinos confían en que los trabajos finalizarán pronto para beneficio de las nuevas generaciones.
El proyecto no solo representa un avance en infraestructura, sino también un reconocimiento a la autoridad y la organización indígena. Los 48 Cantones de Totonicapán, conocidos por su liderazgo histórico, fueron clave para que la demanda de la comunidad llegara a los espacios donde se toman las decisiones.
“Aunque el proyecto estaba previsto para iniciar en 2024, no fue sino hasta febrero que comenzó. Esto se debió a los requisitos legales, permisos y estudios de impacto ambiental que debíamos cumplir”, mencionó Chuc.
Mantienen vigilancia en el uso de los recursos
Este proyecto no cuenta con cámaras para verificar de manera remota el avance, sin embargo, mantiene vigilancia de parte de los comunitarios. “Lo que hacemos es corroborar que todo lo establecido en el convenio se esté ejecutando, revisamos el historial de acciones que se publica en el portal de Guatecompras y confrontamos esa información con los encargados de la obra”, manifestó Bernabé Yax, presidente de 48 cantones.
“En esta comunidad se trabajó un proyecto grande –mayor de Q900,000–, en ese caso la constructora implementó el sistema de cámaras. Pero en el caso, la fiscalización del gasto estuvo en la cercanía y participación continua de la población”, añadió.