El municipio sufre pérdidas cada temporada seca y el proyecto busca minimizar ese riesgo a partir de 2023 con este sistema.
Por Carmen Valle
Champerico, Retalhuleu, se encuentra en el corredor seco y una de sus principales amenazas es la falta de agua para regar los cultivos. Esto, dice la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), lo hace vulnerable a la inseguridad alimentaria, las dificultades provenientes de condiciones climáticas y a difícil acceso a salud y servicios básicos de calidad.
En el lugar, los principales cultivos son maíz, frijol, ajonjolí y también se siembran árboles frutales. Estos se utilizan para subsistencia y venta, y a 5 kilómetros del casco urbano existe una comunidad (San Vicente) donde se reúnen al menos 40 parcelas para cosecha.
En ese lugar, los agricultores se abstienen de sembrar entre diciembre y abril porque no llueve o cavan pozos artesanales para obtener agua con bombas improvisadas. De lo contrario, se arriesgan a los efectos de la sequía. En 2018, por ejemplo, esto provocó la pérdida de al menos la mitad de los frutos.
Para evitar ese problema a futuro, la alcaldía instala un sistema de riego artificial con energía renovable. Funcionará a partir de paneles solares, los cuales harán funcionar las bombas y estos conducirán el agua del tanque de captación hacia las parcelas. Cada una, a su vez, contará con una estación de riego según las necesidades de su cultivo: unas serán por aspersión y otras por goteo.
“No tenemos ninguna estructura de este tipo y por eso estudiamos junto a los vecinos cómo mejorar la seguridad alimentaria según nuestras condiciones climáticas. Algo que nunca falta es el sol y determinamos esto como motor para hacer funcionar el proyecto”, sostiene el director de planificación, Carlos De León.
¿Leíste nuestro especial?: Sobrevivir con hambre
La iniciativa también busca aumentar los ingresos de los vecinos, porque según vieron en sus estudios, en las condiciones actuales los pobladores producen entre 45 y 50 quintales de maíz por manzana. Con la implementación de esto, lograrían duplicar ese volumen.
Además, se planea impulsarlo para reducir en los próximos diez años 25 puntos porcentuales respecto a desnutrición crónica. Para el último censo nacional de talla, el municipio mostraba una vulnerabilidad moderada ante la malnutrición con uno de cada cuatro niños en edad escolar con retardo en el crecimiento.
La instalación del riego artificial estará a cargo de José Estuardo Herrera Noriega, proveedor estatal desde 2018 y cuyas adjudicaciones suman Q119 millones 590 mil 597. Entre sus proyectos recientes se encuentra la primera fase del nuevo mercado de Huehuetenango. Esta, según reportó Ojoconmipisto en agosto de 2022, costará Q12 millones.
La obra de Champerico, por su parte, tendrá un valor de Q2 millones 999 mil 700 y Herrera fue el único en ofertar. “Parte del combate de la desnutrición está en adelantarse, porque muchos agricultores tienen pérdidas al año, pero no por malas prácticas en la siembra, sino porque no se prevén los efectos del cambio climático. Fomentar el riego artificial es una técnica de prevención frente a ello”, explica el experto en seguridad alimentaria, Jorge Pernillo.
El sistema en San Vicente, si funciona, tiene planeado beneficiar a 1 mil 265 personas durante al menos dos décadas. Ya se encuentra en ejecución y se espera tenerlo listo a partir de diciembre de 2022, cuando comience de nuevo la época seca.