Tres comunidades de Asunción Mita, Jutiapa, sufren escasez de agua porque el propietario de una plantación se apropió del nacimiento del Mongoy. La municipalidad dice ser ajena al conflicto.
Kimberly Castro
@kim_cast20
Asunción Mita, Jutiapa
Kimberly Castro
El río Mongoy nace en el cerro Las Víboras, en Asunción Mita, Jutiapa. Es uno de los más importantes del departamento pues beneficia a las comunidades de Shanshul, Cola de Pava y San Jerónimo. Sin embargo, desde 2016, reciben menos agua porque el propietario de una finca decidió darle otro uso.
Gonzalo Salguero Ruata levantó un muro para impedir el paso de los vecinos, construir el centro turístico “Eco Parque Mongoy” en el manantial y entubar el agua para regar sus plantaciones de sandía y sábila. Asegura que todo está en propiedad privada.
Sin embargo, los vecinos que salieron a la calle a manifestar su rechazo cuentan otra historia. Presentaron una denuncia ante la oficina del Procurador de los Derechos Humanos de Jutiapa y pidieron la intervención de la municipalidad. Pero la actual administracion, a cargo de René Francisco Guardado Lemus, del comité cívico Miteco, ha guardado silencio.
Mary Godoy, presidenta del Cocode de Shanshul habla sobre la desmembración del terreno.
Salguero Ruata rechaza estos señalamientos. Asegura que el río nace en la propiedad que fue de su abuelo quien la adquirió hace más de cien años.
El murió sin dejar testamento, así que se dedicó a hacer los trámites hasta que todas “las tierras pasaron” a su nombre. Y ese es uno de los motivos de la disputa.
El ingreso al nacimiento de agua, en el kilómetro 156, está prohibido. En el interior de la finca Mongoy se encuentra la plantación de sábila propiedad de la familia Salguero.
De acuerdo con Mary Godoy, presidenta del Cocode de Shanshul, el abuelo de Salguero donó esa parte a la comunidad.
“En el oficio de la finca rústica con número 5249 existe una desmembración donde dice que sus propiedades finalizan al poniente, que colinda con la carretera, no con alguna finca ni con el nacimiento del río”.
“En 2019 estuve detenida con cuatro personas por solicitar que quitaran el muro pues el agua que llega es muy poca. El juez emitió orden de arresto porque nos acusaba de allanamiento a propiedad privada, que no lo es.
A los dos días salimos en libertad porque no tenían pruebas contra nosotros”, agrega Godoy.
Ese mismo año, la Dirección General de Caminos midió la propiedad de Salguero y el juez de asuntos municipales de Asunción Mita notificó que no existe ninguna licencia para construir un muro.
Sin embargo, este permanece y los líderes comunitarios interpusieron una denuncia porque no pueden quitarlo hasta que su caso llegue a un juzgado civil.
Salguero sostiene que lo hizo para evitar que los vecinos lo contaminaran pues “llegaban a lavar vehículos y ropa”.
Estuardo Hurtado, encargado del Agua y Saneamiento de la alcaldía, sostiene que no tienen “nada que ver ahí. Los cocodes son los únicos encargados de dar el agua a sus aldeas y establecer la tarifa”.
Los otros motivos del conflicto son la construcción del turicentro “Eco Parque Mongoy” en el kilómetro 157, así como entubar el agua del río para regar sus plantaciones de sandía y sábila. Estos productos se venden en el mercado interno y en El Salvador.
Tubería instalada en la finca Mongoy de Gonzalo Salguero, a un costado de la carretera, que conecta con el cultivo de sábila.
Las comunidades de Shanshul, Cola de Pava y San Jerónimo se quejan de que el agua que les llega del río Mongoy es escasa, así que acuden a lavar la ropa a la pileta construida por la familia Salguero, a la orilla de la carretera.
Los vecinos de Cola Pava y San Jerónimo hicieron un pago único de Q1,000 al cocode para tener derecho al servicio, explica Marisol Cruz, una usuaria. En tanto que en Shanshul pagan Q40 mensuales por 15 mil litros.
La alcaldía asigna Q4.7 millones al funcionamiento de la OMAS, esto representa el 16 por ciento de todo el presupuesto municipal.
Para ellos, el cobro es alto. Por eso prefieren lavar la ropa en la pileta.
Ellos pagan Q480 anuales y quienes viven en el casco urbano, Q25.20 anuales, según informó la unidad de información pública municipal.
Manuel Vásquez, de Movimiento Ecológico Estudiantil, asegura que Asunciòn Mita está “en la antesala de sequía por la desviación y el mal uso en la distribución del agua.
Es importante una ley de agua que permita repartir el caudal de una forma equitativa. Así como que la alcaldía cumpla con tratar aguas residuales con las respectivas plantas de tratamiento”.
El municipio cuenta con una construida en 2019, pero aún no opera. La actual administración no ha incluido en su presupuesto una partida para su funcionamiento. René Francisco Guardado Lemus sustituyó a Rubén Arturo Rodríguez Lima, del Partido Patriota, que estuvo al frente durante tres periodos, de 2008 a 2020.
Las familias no solo llegan a lavar su ropa, llevan algunos botes para llevar agua a sus hogares.